Cómo
proteger mejor las Infraestructuras Críticas
Los desafíos del nuevo Plan Nacional de Protección de
Infraestructuras Críticas de España
Por Adolfo Hernández Lorente
Tras la aprobación en el Congreso de los Diputados de la Ley de
Infraestructuras Críticas que articula los mecanismos de control y
seguridad de las de 3.500 instalaciones esenciales, definidas como
“aquellas instalaciones, redes, servicios y equipos físicos y de
tecnología de la información cuya interrupción o destrucción tendría
un impacto mayor en la salud, la seguridad o el bienestar económico de
los ciudadanos o en el eficaz funcionamiento de las instituciones del
Estado y de las Administraciones Públicas”.
La mencionada Ley es una trasposición al ordenamiento jurídico español
de la Directiva sobre la identificación y designación de
Infraestructuras Críticas Europeas y la evaluación de la necesidad de
mejorar su protección, aprobada en 2008. En dicha Directiva se
establece que la responsabilidad principal y última de proteger las
infraestructuras críticas europeas corresponde a los Estados miembros
y a los operadores de las mismas.
La norma contempla la puesta en marcha de un Plan Nacional de
Protección de Infraestructuras Críticas con medidas concretas para
hacer frente a las amenazas que se ciernen sobre los denominados "doce
Sectores Estratégicos", que se encuentran subdivididos a su vez en
Subsectores, Ámbitos y Segmentos.
La idiosincrasia propia de
cada sector quedará recogida en los Planes Estratégicos Sectoriales,
que incluirían las medidas a adoptar dentro de cada sector para hacer
frente a una situación de riesgo, estando articulados mediante el Plan
de Seguridad del Operador, en el que cada operador (público o privado)
definirá la política general de seguridad del conjunto de
instalaciones o sistemas de su propiedad o gestión considerados
críticos, así como un Plan de Protección Específico para cada
instalación.
Adicionalmente a estas medidas, se contempla el despliegue de un Plan
de Apoyo Operativo que elaborarán las Fuerzas de Seguridad del Estado
que, en cada caso, tenga las competencias de seguridad en la
demarcación, y que reflejará las medidas de vigilancia, protección o
reacción a prestar de forma complementaria a los operadores.
La lista detallada de las infraestructuras críticas españolas,
incluyendo su descripción, los medios de contacto con las mismas, el
tipo de instalación, datos geográficos y de localización, información
de seguridad, riesgos evaluados, información de las fuerzas de
seguridad, e información audiovisual se recogen en el Catálogo
Nacional de Infraestructuras Estratégicas y se trata de información
clasificada como secreta, dada la alta sensibilidad para la seguridad
nacional de la información contenida en dicho Catálogo.
A pesar de esto, en diciembre del año pasado se publicó en Wikileaks
el informe secreto de «todas las dependencias extranjeras y recursos
clave localizados en el extranjero» elaborado por Coordinadora Adjunta
para Seguridad Nacional de la Oficina de Coordinación antiterrorista
del Departamento de Estado Norteamericano, Susan Burk.
Dicho documento enumeraba
el listado de las infraestructuras más críticas del mundo, los
recursos que de ser atacados podrían impactar sensiblemente la salud
física y económica de las masas y hasta los fabricantes europeos de
vacunas contra la viruela, la rabia y otras enfermedades que pudieran
ser usadas como armas biológicas.
En el caso español, los sectores reconocidos como estratégicos son:
- Centrales y redes de energía;
- tecnologías de la información y las comunicaciones;
- finanzas (por ejemplo, banca, valores e inversiones);
- sector sanitario;
- alimentación;
- agua (embalses, almacenamiento, tratamiento y redes);
- transportes (aeropuertos, puertos, instalaciones intermodales,
ferrocarriles y redes de transporte público, sistemas de control del
tráfico);
- producción, almacenamiento y transporte de mercancías peligrosas
(materiales químicos, biológicos, radiológicos y nucleares);
- administración (servicios básicos, instalaciones, redes de
información, activos, y principales lugares y monumentos nacionales).
Entre los sectores críticos, el Sistema Financiero y Tributario
Español merece una mención diferenciada. Con el debate de la crisis
nuclear de Fukushima sobre la mesa, todavía se recuerdan los ataques
de DDoS sufridos por Estonia en 2007, cuya consecuencia fue que muchos
de los bancos del país vieron como sus sitios Web quedaban fuera de
servicio.
Los servicios bancarios y financieros suelen disfrutar de un mayor
nivel de seguridad y de una madurez mayor en cuanto a una gestión
efectiva de la misma. Sin embargo, sufren el denominado "fenómeno de
Willy Sutton" Según este principio, los ciberatacantes con
motivaciones económicas siempre tendrán a ese sector en el punto de
mira.
De esta forma, las principales acciones a
abordar para proteger las infraestructuras críticas en un marco
temporal acotado de unos cinco años deberían pasar por:
- Gestión de los atributos de identidad digital on-line de los
diversos actores en la red financiera y estandarización de los mismos.
- Plataformas de autenticación versátiles y seguras.
- Estudio de modelos predictivos de riesgos derivados de los nuevos
paradigmas (p.e. Cloud Computing).
- Generación de métricas e indicadores de eficacia y eficiencia de las
medidas de protección.
- Diseño de aplicaciones y sistemas que garanticen la alta
disponibilidad "by desing" (resiliencia).
- Despliegue de planes de continuidad de negocio y operaciones
coordinados en el sector y probados periódicamente (los denominados
war games).
La seguridad de las infraestructuras críticas en exige contemplar
actuaciones que vayan más allá de la mera protección material contra
posibles agresiones o ataques, motivo por el que resulta inevitable
implicar a otros órganos de la Administración General del Estado y de
todos los actores en el tejido industrial, privado y público español.
Tomado de
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