Errores dolorosos
al vender Seguridad
Las enormes pérdidas de la empresa de seguridad de las Olimpiadas
de Londres, demuestra la necesidad de un análisis cuidadoso de todo nuevo negocios, aunque sean tentadores
Por Edgardo Frigo
La noticia:
La empresa encargada de
la seguridad olímpica perdió más de 60 millones de euros
La empresa privada encargada de la seguridad durante los Juegos Olímpicos de Londres, G4S, reveló que ese contrato generó pérdidas valoradas en 50 millones de libras (63,5 millones de euros).
Cuando quedaba menos de un mes para el inicio de los Juegos, G4S anunció que no estaba preparada para proteger el evento al no haber logrado reclutar los 10.000 agentes acordados.
Ese fiasco disparó las alarmas y obligó al Gobierno británico a movilizar a un total de 17.000 soldados, 3.500 más de lo previsto.
G4S había calculado que su negligencia le ocasionaría pérdidas entre 35 y 50 millones de libras (entre 44,5 y 63,5 millones de euros) de un contrato valorado en 300 millones de euros (381,5 millones de euros) para hacerse cargo de la seguridad olímpica.
Al anunciar hoy sus resultados semestrales, la compañía reveló que sus pérdidas derivadas del contrato olímpico alcanzaban los 50 millones de libras, alrededor del 10 por ciento de sus beneficios anuales.
G4S, una multinacional con 650.000 empleados en todo el mundo que tiene múltiples operativos en el Reino Unido, en control de inmigración o prisiones, aceptó entonces su responsabilidad por los costes del operativo militar extra que tuvo que ser contratado para proteger los Juegos.
Fuente:ABC.es
El
análisis
Un
negocio tentador, que fue mal analizado
Seguramente,
cuando se firmaron los contratos para que G4S aportara log guardias
privados necesarios para la seguridad de las olimpiadas, el negocio no
solo se veía financieramente tentador, sino que haría que la empresa
ganara reputación... y ha ocurrido todo lo contrario.
Dada una experiencia
tan negativa en Londres, G4S decidió no presentarse a concursar
por la seguridad en las Olimpiadas en Río de Janeiro, ni para el Mundial de Brasil.
En el fracaso influyeron varios factores, el principal de los cuales
fue la imposibilidad de la empresa de contratar el número de
trabajadores necesarios. Al faltar miles de guardias de Seguridad, el
gobierno inglés decidió movilizar a 3.500 soldados adicionales, que se sumaron a los 13.500 que ya estaban
desplegados; este gasto extra fue sufragado por G4S.
La empresa
había dado un curso básico de capacitación a miles de
postulantes... pero se llevó una sorpresa a último momento, cuando
llamó a esas personas a tomar servicio, y se presentaron muchos menos
de lo esperado.
Esto ocurrió
por varias causas: las personas que fueron formadas no habían firmado un contrato ni iban a comenzar a cobrar hasta el inicio de los
Juegos; se les pagaba el mínimo, iban a tener trabajo sólo durante
las olimpíadas, y además debían devolver el costo de su
entrenamiento y el de su uniforme.
Ante esta
perspectiva, gran parte de los seleccionados buscaron otro trabajo...
o simplemente se quedaron en sus casas.
Una
experiencia como esta invita a los empresarios de la Seguridad Privada
a analizar cuidadosamente el riesgo de todo nuevo negocio,
principalmente en áreas que conocen poco.
Si
bien este es un fracaso especialmente ruidoso, muchas empresas sufren
problemas similares, por ejemplo tomando servicios a bajo precio y que
luego tienen un costo operativo mayor a lo calculado inicialmente, o
firmando contrato con onerosas penalidades que al final del mes
arrasan con las utilidades planificadas.
El
autor, Prof. Edgardo Frigo, consultor especialista en gerencia de
Seguridad,
preside
el Foro Latinoamericano de Seguridad.
Vea
sus antecedentes en www.forodeseguridad.com/frigo.htm