Qué es el kalarippayattu
El kalarippayattu, arte marcial de la India, es el arte marcial más antiguo del mundo
Qué es el kalarippayattu
Además de ser el arte marcial más antiguo del mundo, el kalarippayattu forma parte de la esencia cultural de Kerala, en el sur de la India.
Abdur-Razzak, un embajador persa que recorrió Kerala a mediados del siglo XV, dejó escrita una descripción de sus viajes. En ella afirmaba que las gentes iban desnudas y llevaban en una mano “una daga india brillante como una gota de agua” y, en la otra, “un escudo de cuero grande como un trozo de nube”.
Se refería a los miembros de una casta de guerreros, maestros en el arte del kalarippayattu, la más antigua de las artes marciales que existen en la actualidad, y que floreció debido a las continuas luchas en que se enzarzaban los jefes feudales que controlaban pequeños territorios.
Los dos grandes poemas épicos de la India, el Mahabharata y el Ramayana, son una continua sucesión de batallas y combates. En ellos, la capacidad de los héroes para vencer a sus enemigos se obtiene tanto por favor divino o por el aprendizaje. El arte de la lucha está considerado como una de las 64 formas artísticas y, por tanto, el conocimiento de las técnicas correspondientes tiene tanto de divino como de humano.
Dado que las batallas constantes acababan por arruinar estos reinos diminutos se instauró la estrategia de que los conflictos se resolverían mediante duelos entre guerreros escogidos por cada bando. Peleaban unos pocos y se consideraba que ganaba el reino del guerrero triunfador. Los vencedores eran considerados héroes absolutos, mientras que no existía mayor vergüenza que ser derrotado en estos combates. Lo bueno que podía tener este sistema es que evitaba los baños de sangre que se daban en tiempos anteriores.
La capacidad de los héroes para vencer a sus enemigos se obtiene tanto por favor divino o por el aprendizaje.
Cómo se practica el kalarippayattu
Lo mismo en esos tiempos como en la actualidad, detrás de kalarippayattu hay mucho más que un sistema de autodefensa. El lugar en el que se practica, el kalari, -hay uno en casi todas las ciudades de Kerala- tiene algo de gimnasio, pero también de templo, de centro de meditación y, al mismo tiempo, de enfermería. Allí, aparte de los que van a entrenarse, acuden enfermos y accidentados a los que tratan con masajes y ungüentos.
Según este sistema curativo, lo importante es estimular la circulación de la sangre y el sistema nervioso, lo que se consigue actuando sobre alguno de los 108 puntos vitales que existen en el cuerpo, según la tradición de la medicina ayurveda. Normalmente después de estudiar las radiografías que hacen a los enfermos en los hospitales.
La práctica del kalarippayattu exige dedicación y entrega, porque el entrenamiento dura toda la vida. Y, a través del dominio del cuerpo, aparece toda una filosofía de vida. En otros tiempos, cuando no había escuelas públicas, el gurú no sólo enseñaba el arte de la lucha -y el de la curación, que van de la mano- sino que enseñaba a leer y escribir a sus alumnos y, lo que es más, transmitía un sistema de conducta ético, que debía generar el bienestar espiritual, el equilibrio necesario para una vida. Los héroes épicos del Mahabharata y el Ramayana son modelos a seguir en esta sociedad hindú ya que su tarea no es otra que defender al bien del mal.
Asistir a una demostración de kalarippayattu es una forma de vislumbrar otra forma de vida y de pensamiento.
Luchan con la caña, luego con un palo más corto y luego con una especie de daga de madera cuya hoja dibuja dos curvas, y luego con espada y escudo. Los golpes restallan en la sala. Sólo se miran a los ojos mientras recitan mantras, palabras sagradas, para aumentar la efectividad durante la lucha.
Un ballet extraño con armas mortíferas en el que el objetivo es no causar ni el mínimo daño al contrincante.
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