Cómo atacar el fraude en empresas
Los mecanismos del fraude se van
sofisticando y aumenta el perjuicio causado a las empresas
Por Mauricio de Núñez
El
impacto del fraude en la economía de las empresas
El fraude erosiona la economía de las empresas,
sus mecanismos se van sofisticando y, consecuentemente, el perjuicio
aumenta, sostiene el autor. Asegura que las compañías pueden perder más
del 5% de su facturación como consecuencia de los ilícitos y que deben
implementar mecanismos de prevención y, sobre todo, de sanción a los
empleados infieles.
Hace ya unos años nos vimos sorprendidos por la cobertura de la prensa
económica sobre los descubrimientos de muy importantes fraudes
corporativos (Enron o Worldcom) ocurridos en los Estados Unidos. Corrió
mucha tinta sobre la repercusión de los mismos en una sociedad que
reprime duramente los delitos económicos ya sea con penas corporales
como pecuniarias. Estos episodios tuvieron eco en nuestro medio, por los
montos en juego y por la calidad directiva de sus autores.
Claro esta que no pudimos evitar la comparación, sobre los ilícitos que
son víctimas las empresas y que se cometen en la Argentina, sin bien con
otros valores en juego y sobre todo con leve o inexistente castigo.Lo
cierto es que el fraude existe y erosiona gravemente a la economía, sus
mecanismos se van sofisticando y, consecuentemente, la potencialidad del
perjuicio aumenta.
Las áreas financieras y de compras son en general las más sensibles
y allí donde deben intensificarse los controles, aunque no se debe
descuidar el espionaje industrial ya que la información confidencial
tiene también un alto valor económico.
Entre las maniobras más comunes podemos citar, los arreglos entre los
funcionarios a cargo de compras y los proveedores, previo simulacro de
concursos de precios; refinanciaciones preferenciales de deudas;
modificaciones dolosas de stock; supuestos pagos de tributos con
presuntos recibos falsos y la fuga de información calificada.
Si bien es muy difícil apelar a estadísticas no resulta exagerado
estimar que las empresas pueden perder mas del 5% de su facturación como
consecuencia de fraudes. Una encuesta realizada por KPMG sobre el
particular determino que el 33% de los empresarios entrevistados
respondió haber sufrido algún acto de corrupción o fraude.
Ahora bien, detectado el ilícito sigue siendo muy alta la resolución
del conflicto de forma interna, y eso por variadas razones entre las
que se encuentran el silencio cómplice para no evidenciar torpezas o
negligencias de los responsables del control, hasta el temor de que
futuras pericias judiciales demuestren posibles irregularidades de
varios tipos.
Lo expuesto implica, en muchas ocasiones, el despido incausado del
involucrado quien, por ello, termina premiado con una indemnización.
Las empresas son en general muy pudorosas para reconocer que fueron
damnificadas por fraudes, tienen la sensación de que se muestran
vulnerables al dejar vislumbrar que no funcionaron sus controles
internos o que la elección del personal no fue adecuada.
Cómo prevenir el fraude
La experiencia asegura que el delito se repite si no hay una inmediata
capacidad de reacción. La denuncia resulta
indispensable como demostración ejemplificadora. Sin medidas judiciales
los delitos vuelven a cometerse al poco tiempo, el proceso es la
efectiva y concreta evidencia de la voluntad empresarial.
Existe una favorable y creciente tendencia a denunciar estos ilícitos,
el cambio de actitud se puede atribuir a razones muy diversas, entre
otras la necesidad de acreditar quebrantos, la preexistencia de
controles que colaboran con la conformación de cuadros probatorios que
aseguran en mayor medida los resultados del proceso y hasta el mas
adecuado tratamiento judicial de los delitos económicos.
El recupero del daño patrimonial a las empresas no siempre es
significativo y sigue siendo la prevención el mejor remedio.
En ese sentido el notorio control sobre bienes e información critica, no
solo permiten detectar los posibles ilícitos, sino que desalientan su
comisión.
Es conveniente la expresa notificación a todos los empleados de la
empresas sobre la posibilidad de ser auditados, para legitimar el acceso
a documentación o elementos informáticos puestos a su disposición.
El procedimiento que entendemos correcto, consiste en el análisis de los
factores mas vulnerables de las compañías a través de la acción
interdisciplinaria entre las asesorías letradas, auditorias
contables, informativas y empresas de seguridad en su caso.
Al detectarse una irregularidad que normalmente es advertida vía
controles regulares de auditoría tanto interna como externa o con medios
menos sofisticados pero bastantes frecuentes como los avisos anónimos
que delatan el hecho, es recomendable la inmediata desvinculación
preventiva del agente sospechoso, y preservar de manera fehaciente, por
ejemplo con constancias notariales, toda prueba que pueda tomarse como
incriminante, que permita el encuadramiento legal de la futura denuncia.
Radicada la acción, el denunciante deberá asumir
un rol activo en el proceso colaborando con la investigación hasta sus
últimas consecuencias logrando determinar la autoría y eventual
responsabilidad penal del imputado.
Podemos concluir que, para prevenir, se debe contar con códigos de
conducta, auditorías contables, informáticas, de gestión y cruce de
información permanente de los resultados. No pueden tampoco descartarse
antiguas pero no menos efectivas prácticas, tales como la vigilancia
discreta sobre bruscos cambios de nivel de vida y consumo de los
dependientes.
Y no se debe olvidar que los fraudes se realizan, en un gran porcentaje,
desde la propia estructura de la Empresa, o contando con apoyo interno.
Tomado
de www.argentinaeconomica.com
. Gracias!