El
desastre aéreo en Brasil
La
del Airbus de TAM fue una catástrofe anunciada
SAN PABLO (De
nuestro corresponsal).- El peor accidente en la historia de Brasil no es
un hecho aislado sino un nuevo capítulo, el más trágico, en la crisis
que desde hace meses vive la aviación civil brasileña.
Lo más insólito
es que la tragedia puede haber sido producida por una
negligencia fatal: la pista de aterrizaje de Congonhas no tenía las
ranuras indispensables para frenar el avión en caso de lluvia.
La pista había sido reformada poco tiempo atrás, pero todavía no había sido
realizado el "grooving", marcas en el piso que permiten una mayor
adherencia cuando el suelo está húmedo. Las autoridades de Infraero, la
empresa estatal que controla los
aeropuertos, habían determinado que la pista podía funcionar así sin
problemas porque en invierno las lluvias escasean en San Pablo. Pero el
tiempo puede ser imprevisible: llovió el lunes y el martes. El lunes
derrapó un avión y el martes, el de la tragedia.
Ese año ya habían patinado en esa pista otros cuatro aviones. Uno de
ellos quedó con la nariz inclinada sobre la avenida Washington Luis, la
que fue atravesada por el avión de TAM.
Antes de la reforma (inconclusa), el Centro Nacional de Investigación
y Prevención de Accidentes había ordenado que los aterrizajes y
despegues fueran suspendidos en caso de lluvias. El costo político
que le estaban produciendo los atrasos en los últimas semanas al
gobierno de Lula puede haber motivado la utilización de la pista hasta
las últimas consecuencias. "El aeropuerto comenzó a operar por presión
popular; esto es la crónica de una tragedia anunciada", opinó el experto
Gianfranco Beting, consultor de la industria aérea.
Brasil vive un caos aéreo que está volviendo un suplicio volar en el
país. Y ese caos responde a una combinación de factores que generaron
una bola de nieve que, una vez más, terminó en desastre.
Por un lado,
los sistemas de control de vuelo son, según sus propios operadores, de
mala calidad; los controladores de vuelo eran pocos, mal entrenados
-algunos no hablan inglés- y tenían que hacer horas extras quedando
sobre presión.
Infraero es un organismo controlado por autoridades
militares que no se sometían al control normal del Estado, ofreciendo
siempre como respuesta que el sistema de tráfico aéreo brasileño "es de
los mejores del mundo".
El desastre de Gol, que mató 155 personas en septiembre pasado, hizo
salir a la luz la mala administración del sistema de aviación civil del
país.
Controladores, sintiéndose acusados, comenzaron a revelar los
problemas, a trabajar a reglamento y realizar paros. Eso inició una
serie de demoras que hacía que la gente sufriera hasta un día de atraso,
generaba manifestaciones de pasajeros en los aeropuertos, que,
irritados, se enfrentaban a los empleados de las compañías aéreas.
Para doblegar al grupo de controladores de vuelo que realizaba trabajo
reglamento para pedir mejora de las condiciones de trabajo, aumento
salarial y más personal, el gobierno mandó detener al controlador
(militar, impedido de organizarse sindicalmente) y contrató nuevos
controladores. Sin embargo, según los propios controladores, la
seguridad no está garantizada porque todavía le falta entrenamiento a
los nuevos encargados de esa tarea
La columnista de Folha de S. Paulo Eliana
Catanhede describió la situación en forma clara: "Lo que explotó no
fue sólo el Airbus de TAM. Fue también el resquicio de credibilidad que
quedaba del sistema de vuelos en el país y la capacidad del gobierno y
su conjunto de órganos responsables de manejar la situación.
Lo que quedó es el caos. Junto con el dolor, la
perplejidad y la sensación de que no hay más arreglo. Lo que todo el
mundo se pregunta ahora es: «¿Cuándo va a ser el próximo?»"
Tomado del sitio Web
www.lanacion.com.ar
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