Calidad de servicio y decisión de compra
Para dar al cliente la calidad de servicio que necesita, primero hay que
investigar sus necesidades
Por Edgardo Frigo
Muchas empresas buscan hacer más atractivo el
producto o servicio que ofrecen a sus clientes, mejorando la parte “hard”,
la cosa física, o mejorando el servicio agregado al producto.
Este servicio cada vez influye de un modo más determinante en las decisiones
de compra o recompra, porque el cliente:
• Tiene cada vez más opciones ya que cada vez hay más empresas competidoras.
• Tiene más información tanto sobre sus propias necesidades como sobre
características y desempeño real de mayor cantidad de productos.
• Percibe a muchos productos y servicios como prácticamente iguales entre
sí
• En muchos casos está más dispuesto a pagar por el valor agregado, por
ejemplo si esto le ahorra tiempo, si el proveedor puede adaptarse a cambios
rápidos de su demanda o si simplemente es más confiable.
Los clientes corporativos, además, en general están tendiendo a concentrarse
más en sus habilidades básicas, y contratan las actividades periféricas a
empresas especializadas. Cuidar al cliente agregando servicio, entonces, ha
dejado de ser una moda: hoy se trata de una cuestión de supervivencia
empresaria. Al cliente “hay que darle lo que necesita”. Pero muchas veces,
no sabemos qué necesita. Nunca se lo hemos preguntado.
El
primer paso es identificar al verdadero cliente
El primer paso para investigar necesidades de los clientes, es
identificarlos adecuadamente.
Con frecuencia el cliente es el usuario final de nuestro producto; pero en
otros casos hay diferentes clientes que no están tan claramente señalados,
especialmente cuando consideramos al cliente interno.
También pueden existir clientes intermedios tales como agentes,
distribuidores, mayoristas u otras personas, y hay que considerar las
necesidades de todos. Cuando hay varios potenciales clientes de lo que
vendemos, debemos asignar prioridades de investigación, de acuerdo a la
importancia de cada uno para la empresa.
Luego hay que investigar las necesidades del
verdadero cliente
Una vez que se ha establecido claramente quiénes son los clientes reales, se
debe investigar sus necesidades. En este punto es importante separar
necesidades de deseos: en ciertas ocasiones convendrá satisfacer las
necesidades genuinas dejando de lado los “aspectos suntuarios”, mientras que
en otros se obtendrá una real ventaja competitiva poniendo el énfasis en la
satisfacción de los deseos del cliente (en ocasiones, esto es todo el
negocio).
¿De dónde partir para satisfacer necesidades? La respuesta obvia es
preguntar al cliente sobre sus necesidades, y analizar las respuestas junto
con él de modo que ambas partes ganen comprensión completa sobre esto.
Debería ser mucho más fácil establecer esta clase de diálogo con el cliente
interno, aunque la experiencia demuestra que no siempre es así.
Para conocer las necesidades del cliente externo, existe una gran cantidad
de métodos disponibles:
• Reuniones con los clientes
• Retroalimentación de nuestro propio personal
• Análisis de comentarios y quejas
• Investigación de marcados
• Encuestas personales, telefónicas o por correo
• Debates de grupos de usuario
• Auditoria de clientes
• Encuestas actitudinales, etcétera.
Estas opciones pueden ser usadas en forma aislada o conjunta y muchas veces,
como ocurre por ejemplo con las encuestas de actitudes, interesan más las
tendencias que las cifras absolutas. Cualquiera de estas opciones es
válida.. siempre que se la use.
¿Qué respuesta se recibe de los clientes?
¿Qué actitud suelen tomar los clientes cuando se los consulta? En general
los clientes brindarán información sólo si creen que se la utilizará. La
empresa, entonces, es quien debe establecer la suficiente credibilidad como
para que el cliente perciba que el deseo de mejorar es sincero.
La calidad de las respuestas de los clientes suele ser muy diversa. Se debe
analizar estas respuestas cuidadosamente y, cuando sea pertinente, abordar
de inmediato los problemas presentados por los clientes.
La velocidad del proceso es tan importante como su calidad. No tiene sentido
consultar a los clientes si luego no se va a hacer nada al respecto, o si la
respuesta va a ser tan lenta que, cuando llegue, ya carecerá de importancia.
Se debe poner cuidado en comunicar a los clientes los avances en este
sentido. No es suficiente brindarles respuesta y mejora: ellos tienen que
percibir esa respuesta y esa mejora claramente. De otro modo, las sentirán
el modo inadecuado: por carencia.
La importancia de la comunicación
Entonces, para darle al cliente lo que necesita, hay que investigar qué es
lo que necesita.
Primero hay que identificar a los clientes que nos interesan.
Luego hay que
organizar el mecanismo para conocer sus necesidades, y finalmente después de
que les hemos preguntado, debemos tener velocidad en la respuesta, tanto en
introducir mejoras como en comunicar esas mejoras a los clientes.
El aspecto comunicacional es esencial. Se puede hacer inversiones
sustanciales en mejoras de producto o de calidad de servicio, pero si ese
trabajo no es conocido y valorado por el cliente, lo sustancial del esfuerzo
se desperdiciará.
El autor de este artículo, Prof. Edgardo Frigo,
es consultor especialista en management de Seguridad, experto en capacitación y director de este Foro
Profesional.
Vea sus antecedentes en https://www.forodeseguridad.com/frigo.htm
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