El marketing y la parte intangible de la Seguridad
En Seguridad, lo "intangible" del negocio es tan importante como lo real... o más importante
Por Edgardo Frigo
Muchas veces
se tiende a dividir los productos en dos grandes categorías: los
productos propiamente dichos, y los servicios.
Suele ser muy difícil definir qué es un servicio. En general se
llaman "producto" a todas las cosas que se pueden ver y tocar, y por
exclusión se define a los servicios como "todo lo demás". Desde este
punto de vista, cuando compramos una pizza o una heladera estamos
comprando un producto. En cambio cuando compramos un "producto
intangible" tal como por ejemplo el envío de una carta, estamos
comprando un servicio.
Mucha gente cree que la venta de servicios es más complicada o
difícil porque el cliente no puede evaluarlos antes de comprar.
Podemos ver y tocar la heladera en el local de venta, pero no
podemos hacer lo mismo con el envío de una carta.
Sin embargo
tampoco podemos conocer por anticipado el sabor de una pizza, ni el
rendimiento ni duración que tendrá la heladera que estamos
comprando. Conocemos el gusto que tenía la pizza que comimos ayer.
Esperamos que la de hoy tenga el mismo gusto, pero realmente no lo
sabemos. Sabemos que nuestra vieja heladera tuvo un buen desempeño,
pero es imposible saber qué pasará con la que estamos comprando hoy.
Todos los productos y servicios son básicamente intangibles. Todos
son promesas de satisfacción.
Cualquier producto o servicio no es solo tangible como un auto o
intangible como una consulta médica. Generalmente es una mezcla de
ambos. Un automóvil es una "cosa física" (marca, modelo, tamaño,
color, potencia, rendimiento). También es un símbolo que entre otras
cosas revela gusto, status, categoría y aspiraciones.
CATEGORÍAS DE PRODUCTOS
Tanto para
productos como para servicios, Teodore Levitt habla de categorías de
productos:
• Producto Genérico
• Producto Esperado
• Producto Aumentado
• Producto Potencial
El Producto
Genérico es el producto utilitario mínimo. Es "cualquier heladera de
13 pies", "cualquier lavarropas para 5 kg. de ropa", "cualquier
servicio de seguridad privada". Suele ser el más barato del mercado.
El Producto Esperado representa las expectativas mínimas del
Cliente, como por ejemplo que la heladera tenga cierto precio y
financiación. Aquí, si queremos vender una heladera a ese Cliente,
deberemos satisfacer ese aspecto de sus necesidades. Este producto
es el genérico mas lo que espera el Cliente.
El Producto Aumentado es el esperado, más "otras cosas" que le
agregamos para diferenciarnos. Es "la heladera esperada", mas una
marca prestigiosa, mas una pintura que no se oxida, mas servirle
café mientras espera que nuestro vendedor lo atienda, mas llevarle
el producto a casa. Este Producto es el esperado mas la
diferenciación.
El Producto Potencial es el "producto aumentado", mas todo lo que
pueda imaginar un fabricante de heladeras, para conseguir más
Cliente y mantenerlos.
Esta categorización es importante porque cada uno de estos productos
es más caro que el anterior. Cuando sólo vendemos un producto o
servicio genérico, competimos con muchísimos rivales y sólo podemos
competir ofreciendo el precio más bajo. A medida que agregamos
características, va aumentando el precio que podemos cobrar
CRITERIOS DE COMPRA
En general
los clientes deciden una compra empleando una mezcla de dos
criterios:
a) Criterios de uso: Tienen que ver con el producto esperado
de Levitt. Es lo que el Cliente espera del producto en calidad y
prestaciones como usuario. En un restaurante, por ejemplo, son
criterios de uso el precio, el sabor de la comida o el tamaño de las
porciones. En una empresa de seguridad el criterio de uso se
relaciona con el aspecto y entrenamiento de los vigiladores, el
tiempo que tardan en resolver problemas operativos o el modo en que
contestan las llamadas por teléfono.
b) Indicadores de valor, también llamados criterios de
señalamiento: Permiten al usuario juzgar anticipadamente el valor
del producto, aún sin haberlo usado. Ejemplos de esto son la
reputación del vendedor o fabricante, el aspecto del envase, la
publicidad acumulada o la participación de mercado. En una empresa
de seguridad los indicadores de valor son múltiples. Incluyen desde
el aspecto, tamaño, decoración y localización de sus oficinas, la
marca de móviles que se usan, etcétera.
Un poderoso criterio de señalamiento en los servicios profesionales
es la decoración de las oficinas. Otro es el aspecto y modales de
las personas que tratan con el público. Por ejemplo la recepcionista
es "la cara externa" de muchas empresas. Muchos Clientes solo llegan
a conocer a la secretaria de un proveedor. Por el aspecto, modales y
actuación de esa secretaria (indicador de valor), juzgan a toda la
organización.
En el caso de la seguridad privada la cuestión se complica porque
prácticamente todos los empleados son "personal de contacto", y cada
persona juzga a la compañía completa - y el valor que aporta - por
los empleados a quienes ve cotidianamente, en general guardias de
Seguridad.
EL VÍNCULO CON EL CLIENTE
Los modelos
que hemos visto muestran distintos aspectos del vínculo entre el
Cliente y el Producto. Nos enseñan que antes de que un potencial
Cliente decida tomar nuestro servicio o cuando decide abandonarlo
pasan muchas cosas en su cabeza, generalmente en forma inconsciente.
Conociendo estos factores, podemos estructurar un producto de mejor
calidad, y presentarlo de modo adecuado para ganar.
Hay dos elementos clave. Uno, hacia dentro, es la productividad.
Otro, hacia fuera, es la calidad.
Productividad es la cantidad de producto obtenida con una unidad de
recursos (tiempo, esfuerzo, capital, información). Como es evidente
mejorando nuestra productividad mejoramos nuestros ingresos.
Calidad es un concepto subjetivo, importante porque la única calidad
posible es la que está en la mente de nuestros Clientes y además de
los criterios puramente utilitarios, la subjetividad del cliente
está influida por múltiples aspectos relacionados con el valor
intangible y con el posicionamiento
DISEÑANDO EL SERVICIO
Si buscamos
mejorar las ventas de nuestra empresa comenzando con el rediseño de
nuestro producto o servicio, es fundamental tener en cuenta no sólo
sus aspectos concretos y tangibles.
Los aspectos
intangibles del producto - relacionados con deseos, expectativas,
status y en general con su posicionamiento - son al menos tan
importantes como su realidad concreta.
Vale la pena dedicar tiempo y esfuerzo para agregar "intangibles
de valor", con lo que se consigue aumentar las defensas contra la
competencia, mejorar nuestro posicionamiento, aumentar los índices
de recompra ... y poder cobrar un poco más.
El autor de este artículo, Prof. Edgardo Frigo,
es consultor especialista en management de Seguridad, experto en capacitación y director de este Foro
Profesional.
Vea sus antecedentes en https://www.forodeseguridad.com/frigo.htm
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